Creo que en el fondo los celos son más una cuestión de inseguridad que de amor. Se trata de apreciar realmente nuestro valor como seres humanos, saber reconocer nuestros defectos y por supuesto nuestras virtudes, saber que no somos perfectos pero somos únicos, que no podemos compararnos con otros, porque todos somos distintos, no hay puntos de comparación porque no somos clones, todos pensamos, actuamos y reaccionamos de manera distinta.
Tengo que reconocer que en el pasado no pensaba de esta manera, en el pasado deje que alguien con carencia de amor propio, controlara mi manera de actuar, e incluso, yo misma lo hice; mi falta de seguridad propició más de una vez, alguna tonta escena de celos.
Con los años aprendí que gastar mi energía en celos, es solo una pérdida de tiempo, que a final de cuentas el amor se desgasta cuando no hay confianza, y me refiero también al amor propio.
Después de algún tiempo comprendí que compararme con otras es también una auto-crítica, pero no de manera constructiva, sino auto-destructiva. Después de entender esto, he aprendido a quererme como soy, ya no me siento amenazada por las virtudes de alguien más, porque he aprendido a apreciar las cosas buenas que hay en mí y a trabajar por lo que quiero mejorar, pero no por complacer a nadie, o ser mejor que alguien más, sino por la satisfacción que representa ser una mujer plena y quien no valore eso, no me merece.
A partir de entonces, no acepto menos que un amor sincero, seguro, que sea como soy yo, que sepa que si estamos juntos es por decisión, porque nos queremos, que no hay porque tener miedo a la intervención de terceros, que no le tenemos miedo al fuego, porque podemos andar entre el sin quemarnos.
Así soy yo ahora, no soy celosa porque sé perfectamente lo que valgo y lo que soy y quien este conmigo, tendrá que saberlo también.