CUANDO NADA ES SEGURO, TODO ES POSIBLE

Lo que más me jode es que no entiendas de qué hablo
Hubo un tiempo en que quería ser la mejor
...

Imagina que me olvidas. Ya lo has intentado, has fracasado, no lo intentes de nuevo, no lo intentes mejor.




“Feliz día de San Valentín” así comenzaba la carta que te tenía escrita para este día que nunca llegaras a leer. La vida contigo es como un tiovivo que a menudo me arranca el insomnio y me lleva a un vacío de sobresaltos. Por más que me empeño en alejarme del dolor más me hundo en él. No tienes medidas, no tienes miramiento, sueltas las palabras como si éstas no significaran nada, como solo fueran un encadenamiento de letras entrelazadas que dichas de tu boca pueden provocar en mi la más absoluta de las desesperaciones. Deberías cuidar más lo que me dices y cómo me lo dices.

Hubo un tiempo que era capaz de hablar contigo horas en las que arreglábamos el mundo que un día quisiste comerte conmigo.

¿Qué nos ha pasado?...todo está turbio, lo que sentía al tenerte, la certeza de que no ibas a huir sin importar la guerra previa. Nos creía fuertes, construcción eterna con cimientos que ni el viento podría llevarse. Vivo negándome que has cambiado, que hemos cambiado, que quizás no quieras volver a oír mis pasos cortos con tus zancadas largas, mis carcajadas en el hotel cuando íbamos a bañarnos en vino, con cachimbas y las copas llenas. O aquel fin de semana alojándote en mi vida, despertando intensos, nuevos, plenos. Sin subir las persianas, sin querer volver al mundo real.

Merezco que vengas corriendo, que me recuerdes cada día lo que éramos, que sigas como eras, no como eres. Merezco más bailes, más risas, más atenciones. No quiero negociaciones para verte como si fuera una obligación. Merezco más noches interminables de fiesta sin discusiones, hacerte el amor sin portazos, dormir tranquila sabiendo que no vas a irte. Me quedaría para siempre.






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