-No quiero que me tomes por alguien de sentimientos volubles. Es cierto que no eres el primero que pasa por aquí, y también es cierto que los pocos que pasaron y se marcharon están más que olvidados, pero lo que viví con ellos fue real. Lo que sentí por ellos fue muy real. Les quise de verdad, pasé momentos que deberían quedar grabados para siempre, de ésos que relatan las novelas, de ésos que ves en las películas. Cada uno, a su manera, fue especial e irremplazable. Después se fueron y los sobreviví, mis sentimientos murieron como las flores que no ven nunca el sol ni prueban jamás el agua. Con cada uno fue diferente. Pero tú...
- ¿Yo qué?
- Tú vas a ser el hombre de mi vida. Y la diferencia entre ellos y tú es que te vas a quedar conmigo, regando y alumbrando las semillas que has plantado en mí. Mis flores ya no volverán a marchitarse ni a morir. Todo lo anterior a tu llegada se irá diluyendo en la memoria. Y, cuando te mire, sabré que siempre has sido tú, que no hubo nadie antes de ti ni habrá un "después de ti". Cuando me cojas de la mano sentiré que has sido el único, que nunca nadie ha llegado donde tú llegas con un gesto tan sencillo como sonreír. Tú vas a hacer que se me olvide que sin ti también puedo vivir e incluso ser feliz.
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